Según varios estudios, las llamas pudieron llegar a la Tierra hace 200 millones de años durante la Edad Paleozoica. Se sospecha que un material genético procedente del espacio entró en contacto con la corteza terrestre, antes que ningún ser vivo lo hiciera, mediante la caída de un meteorito. Es el preciso momento que los científicos llaman "el comienzo de la Edad Llameal" Así pues, se inicia un vertiginoso periodo en el cuál las llamas fueron evolucionando, junto a las otras especies, hasta llegar al peludo animal que es hoy.

Tras años de evolución, este animal derivó en lo que hoy conocemos como "Lama glama" o Llama Común. Los primeros europeos en tener contacto con América (lugar donde se asentó la especie), quedaron fascinados ante tal majestuosidad. Allí, los pueblos indígenas los tenían prácticamente como semidioses.

Siempre fieles a la humanidad, estos animales han servido para, no solo enternecer nuestro corazón, si no para también transportar mercancías tan valiosas como el oro y la plata recolectados en las minas durante los periodos expansionistas y de crecimiento de la región sudamericana. Jamás pidieron nada a cambio salvo ser veneradas como merecen.